Monsanto a tribunales por Biopiratería (Ecocosas.com)
Según el diario Le Monde, la razón de la denuncia por parte de la Autoridad India de la Biodiversidad se debe a que para “fabricar” la berenjena transgénica, Monsanto ha usado diez variedades locales indias (de las miles que son autóctonas del país) sin pedir autorización alguna y sin consultar a las organizaciones de agricultores. Es un precedente importante, puesto que es la primera vez que será juzgada una empresa por actos de biopiratería en la India.
El futuro de la mejora de las plantas (resistencia a enfermedades, condiciones de sequía o salinidad, etc) pasa por la biodiversidad silvestre y cultivada existente todavía en el planeta.
Ambas son patrimonio de la humanidad, de los pueblos, de la cultura agrícola que ha desarrollado estas variedades durante centenares de años. Esta biodiversidad está siendo objeto de biopiratería por parte de diversas industrias en la carrera para obtener patentes, y además las mismas prácticas y el mismo modelo agroalimentario industrializado y globalizado está favoreciendo su destrucción, echando piedras absurdamente sobre su propio tejado.
La Autoridad India de la Biodiversidad anunció el día 11 de agosto, que empezaría las diligencias judiciales necesarias contra la empresa americana Monsanto, por haber puesto a punto una berenjena genéticamente modificada a partir de variedades autóctonas locales sin haber pedido la autorización.
Es la primera vez en India que una empresa será perseguida por actos de biopirateria; esta infracción está penada con 3 años de prisión. En la obtención de la berenjena transgénica han intervenido, además de Monsanto, su socia india Mahyco y diferentes universidades indias asociadas desde el año 2005 para conducir estas búsquedas. Estas entidades tenían el espaldarazo de la agencia americana de desarrollo Usaid, favorable a los transgenicos.
La ley de la biodiversidad india del año 2002 contempla la obligación de pedir una autorización para utilizar los genes de las variedades locales. Los agricultores también tendrían que haber sido consultados según esta ley, para negociar una posible participación en los beneficios obtenidos de la explotación comercial de la berenjena. Todas estas circunstancias eran conocidas por la empresa Monsanto, que prefirió ignorarlas.
La acusación de biopiratería es un duro golpe para Monsanto, que corre el peligro no solo de reducir sus actividades en la India sino también de empeorar aún mas su deteriorada imagen empresarial.
India, que tiene el 7.9% de las especies animales y vegetales del planeta, y tan sólo el 2.5% de la tierra, está muy expuesta a los peligros de la biopirateria. Ya en 1997, los labradores norteños del país protestaron violentamente contra la empresa americana RiceTec que comercializó una variedad de arroz basmati llamada ¨kasmati¨.
Para poder disponer de todos los elementos necesarios, el gobierno indio ha puesto en marcha un proyecto faraónico de registro y recogida del saber hacer en materia médica tradicional: 200.000 tratamientos, incluidas las posturas de yoga,ya han sido protocolizados. Cientos de científicos registran los tratados antiguos en medicina ayurvédica para recoger las propiedades ya comprobadas de los frutos y de las plantas medicinales.
Esta · Biblioteca del saber tradicional · Ya cuenta con 30 millones de páginas, ha sido traducida a 5 idiomas y ha permitido anular algunas patentes importantes para la India, como la de una universidad americana sobre las propiedades de la cúrcuma como tratamiento contra el cáncer . Esta ha sido anulada después de una queja puesta por el gobierno indio.
También se ha rechazado la patente temporal del 2007 del laboratorio Livzon (China) sobre la menta y la Andrographis, utilizadas para el tratamiento de la gripe aviar.
A pesar de todo, se necesitarán 6 años para que la Autoridad Nacional de la biodiversidad empiece los emplazamientos legales contra Monsanto. Esta acción legal constituye una victoria para los opositores a los transgenicos. Actualmente, en la India sólo está autorizado el algodón transgénico, sin embargo estos transgénicos también están bajo sospecha al ser consideradas caras y responsables de la ruina de los productores más frágiles.
Dirán algunos que los transgenicos son una solución real para solucionar el hambre del planeta, pero esta claro que esta idea lejos de hacerse realidad (llevamos decadas con los transgénicos) se ha quedado en lo que es, un simple y engañoso eslogan de marketing para maquillar unas actividades empresariales sin etica alguna pero increiblemente lucrativas.
Via: Le Monde y Som lo que sembrem
Traducción: Raul Mannise
El futuro de la mejora de las plantas (resistencia a enfermedades, condiciones de sequía o salinidad, etc) pasa por la biodiversidad silvestre y cultivada existente todavía en el planeta.
Ambas son patrimonio de la humanidad, de los pueblos, de la cultura agrícola que ha desarrollado estas variedades durante centenares de años. Esta biodiversidad está siendo objeto de biopiratería por parte de diversas industrias en la carrera para obtener patentes, y además las mismas prácticas y el mismo modelo agroalimentario industrializado y globalizado está favoreciendo su destrucción, echando piedras absurdamente sobre su propio tejado.
La Autoridad India de la Biodiversidad anunció el día 11 de agosto, que empezaría las diligencias judiciales necesarias contra la empresa americana Monsanto, por haber puesto a punto una berenjena genéticamente modificada a partir de variedades autóctonas locales sin haber pedido la autorización.
Es la primera vez en India que una empresa será perseguida por actos de biopirateria; esta infracción está penada con 3 años de prisión. En la obtención de la berenjena transgénica han intervenido, además de Monsanto, su socia india Mahyco y diferentes universidades indias asociadas desde el año 2005 para conducir estas búsquedas. Estas entidades tenían el espaldarazo de la agencia americana de desarrollo Usaid, favorable a los transgenicos.
La ley de la biodiversidad india del año 2002 contempla la obligación de pedir una autorización para utilizar los genes de las variedades locales. Los agricultores también tendrían que haber sido consultados según esta ley, para negociar una posible participación en los beneficios obtenidos de la explotación comercial de la berenjena. Todas estas circunstancias eran conocidas por la empresa Monsanto, que prefirió ignorarlas.
La acusación de biopiratería es un duro golpe para Monsanto, que corre el peligro no solo de reducir sus actividades en la India sino también de empeorar aún mas su deteriorada imagen empresarial.
India, que tiene el 7.9% de las especies animales y vegetales del planeta, y tan sólo el 2.5% de la tierra, está muy expuesta a los peligros de la biopirateria. Ya en 1997, los labradores norteños del país protestaron violentamente contra la empresa americana RiceTec que comercializó una variedad de arroz basmati llamada ¨kasmati¨.
Para poder disponer de todos los elementos necesarios, el gobierno indio ha puesto en marcha un proyecto faraónico de registro y recogida del saber hacer en materia médica tradicional: 200.000 tratamientos, incluidas las posturas de yoga,ya han sido protocolizados. Cientos de científicos registran los tratados antiguos en medicina ayurvédica para recoger las propiedades ya comprobadas de los frutos y de las plantas medicinales.
Esta · Biblioteca del saber tradicional · Ya cuenta con 30 millones de páginas, ha sido traducida a 5 idiomas y ha permitido anular algunas patentes importantes para la India, como la de una universidad americana sobre las propiedades de la cúrcuma como tratamiento contra el cáncer . Esta ha sido anulada después de una queja puesta por el gobierno indio.
También se ha rechazado la patente temporal del 2007 del laboratorio Livzon (China) sobre la menta y la Andrographis, utilizadas para el tratamiento de la gripe aviar.
A pesar de todo, se necesitarán 6 años para que la Autoridad Nacional de la biodiversidad empiece los emplazamientos legales contra Monsanto. Esta acción legal constituye una victoria para los opositores a los transgenicos. Actualmente, en la India sólo está autorizado el algodón transgénico, sin embargo estos transgénicos también están bajo sospecha al ser consideradas caras y responsables de la ruina de los productores más frágiles.
Dirán algunos que los transgenicos son una solución real para solucionar el hambre del planeta, pero esta claro que esta idea lejos de hacerse realidad (llevamos decadas con los transgénicos) se ha quedado en lo que es, un simple y engañoso eslogan de marketing para maquillar unas actividades empresariales sin etica alguna pero increiblemente lucrativas.
Via: Le Monde y Som lo que sembrem
Traducción: Raul Mannise
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