martes, 3 de diciembre de 2013

Recursos genéticos y pueblos indígenas, Octavio Klimek

Recursos genéticos y pueblos indígenas
Octavio Klimek

             
El jueves 9 de octubre fue presentado el libro Recursos genéticos y pueblos indígenas, que es una compilación de seis artículos realizada por Óscar Banda González, compañero asesor en materia de pueblos indígenas del Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. El libro es parte de un esfuerzo más de la editorial del mismo grupo parlamentario.

 Entre estos nuevos esfuerzos editoriales, por cierto, hay un libro de varios autores que esperamos pronto poder presentar en Guerrero sobre un análisis critico al proyecto hidroeléctrico La Parota. Ojalá que auspiciados por alguna institución pública cultural o dedicada a la difusión cultural en la entidad para lo cual estamos a las órdenes de quien se anime, preferentemente en Acapulco, en el correo electrónico presentado al final de este artículo.

 Para explicar el contexto de este libro quisiera citar la presentación del libro realizada por la Diputada Holly Matus Toledo, Coordinadora de Equidad Social, del citado Grupo Parlamentario.

“Uno de los principales problemas que enfrentan los pueblos indígenas respecto al ejercicio de sus derechos colectivos: los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales asociados a éstos, es objeto de análisis por un conjunto de especialistas”.

De los seis artículos del libro, cuatro de ellos analizan la iniciativa de Ley de Conservación y Aprovechamiento Sustentable de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, presentada por el diputado Héctor Padilla Gutiérrez del PRI, el 13 de diciembre de 2007 (Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados, número 2403-I, jueves 13 de diciembre de 2007); y dos más, analizan a partir de la experiencia de dos países latinoamericanos, Brasil y Chile, los impactos de la privatización de los recursos fitogenéticos.
Es importante conceptualmente primero definir de qué se esté tratando. El Convenio sobre la Diversidad Biológica define lo siguiente:

 Recursos biológicos: se entienden los recursos genéticos, los organismos o partes de ellos, las poblaciones, o cualquier otro tipo del componente biótico de los ecosistemas de valor o utilidad real o potencial para la humanidad.

 Recursos genéticos: se entiende el material genético de valor real o potencial.

 Material genético: se entiende todo material de origen vegetal, animal, microbiano o de otro tipo que contenga unidades funcionales de la herencia.

 Entonces la siguiente definición sería la de recursos fitogenéticos: se entiende todo material de origen vegetal que contenga unidades funcionales de la herencia.

 En el primer párrafo del artículo 2º. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se define a los pueblos indígenas: La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.

 Todos sabemos que México es un país multicultural y con una gran diversidad biológica. Los pueblos indígenas tienen un conocimiento inmemorial de sus recursos biológicos. Ese conocimiento es normalmente común entre las diversas comunidades de los pueblos indígenas, se transmite generacionalmente.

 Prácticamente desde el descubrimiento de América en 1492, se inició el saqueo a los pueblos indígenas de los recursos biológicos, especies comestibles como el maíz, o la papa, por citar un par de ejemplos, fueron a dar a Europa y otros continentes.

 Sin embargo al día de hoy, con el avance tecnológico el asunto se ha vuelto más sofisticado. Las empresas transnacionales identifican un recurso fitogenético, que es utilizado tradicionalmente por un pueblo indígena. A través de la biotecnología moderna redescubren el o los principios activos en su nivel genético, generan un compuesto o nuevo material vivo o no vivo a partir de su composición identificada de tal forma, que aparentemente es distinto al que los pueblos indígenas tradicionalmente utilizan. Después la empresa lo registra y patenta como propio. En unos años de investigación, cientos de años de conocimiento tradicional son reinventados.

 Si una empresa transnacional llega se apropia de ese conocimiento, lo patenta como suyo sin el consentimiento o autorización informada del pueblo indígena se está hablando de biopiratería. Cuantos compuestos farmacéuticos, o alimentarios son ahora patentados y los derechos de propiedad intelectual son comercializados con ganancias importantes para las trasnacionales, y nada para los dueños originarios de ese conocimiento como son los pueblos indígenas. Nos espantamos de la piratería de la música o de las películas, pero esto es mucho más grave para el país.

 Lamentablemente, en el marco internacional, están pesando más los intereses comerciales de las transnacionales, por ejemplo en el marco de negociación de la Organización Mundial del Comercio, que declaraciones simbólicas como las de los pueblos indígenas de la ONU, o el propio Convenio sobre la Diversidad Biológica.

 Lo ideal debería ser que una empresa interesada en desarrollar cierto recurso fitogenético, primero informara claramente sobre sus propósitos a los dueños de ese conocimiento tradicional, los pueblos indígenas; se convenga entre ambas partes en una distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del aprovechamiento y comercialización de los recursos fitogenéticos. ¿Cómo lograrlo?
Además hay que conservar los recursos fitogenéticos tanto en su medio natural (in situ), como fuera de este (ex situ) pero en beneficio de la sociedad, donde debe prevalecer el interés público frente al particular de las trasnacionales.

 Aunque se puede coincidir en legislar y establecer un marco regulatorio al tema de la iniciativa de Ley de Conservación y Aprovechamiento Sustentable de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, la arquitectura de esta iniciativa se desvía para abordar de manera cuando menos inapropiada el tema de la privatización del conocimiento tradicional, En la iniciativa no se asegura que los recurso económicos que se obtengan serán destinados a una distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del aprovechamiento y comercialización de los recursos filogenéticos; ni que la conservación de los recursos fitogenéticos especialmente in situ se fortalezca.

 Además la iniciativa presenta un sinnúmero de problemas de técnica legislativa, así como problemas de invadir atribuciones expresas de otras leyes como la de vida silvestre o forestal. Ya no se diga los problemas de competencias entre dependencias gubernamentales como la Semarnat o la Sagarpa.

 Pero lo más grave, hace falta un debate público sobre el tema donde todos los que tiene algo que decir, especialmente los pueblos indígenas y campesinos del país participen. Nuestro oro verde, los recursos fitogenéticos deben ser realmente cuidados para que no nos sigan saqueando impunemente. Por eso, el libro presentado este jueves es una contribución fundamental a este debate necesario.

oklimek@hotmail.com

*Texto redactado con base en los comentarios expresados durante la presentación del libro citado


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